Thursday, April 5, 2007

La isla penitente










Les demoiselles d'Avignon
Pablo Picasso

Siempre que hay dos o más mujeres congregadas hay un tema obligado: lo cabrones que son los hombres. Esto señores, independientemente de nuestra edad, del trasfondo o estatus socioeconómico, del nivel educativo o cultural, del estilo de vida y de cualquier otra categoría en que podamos clasificarnos. Inclusive, independientemente del género de fábrica, pues en vez de mujeres, debí decir, siempre que hay dos o más personas que gustan del género masculino… Y el fenómeno, si nos dejamos llevar por libros, películas, medios de comunicación, y la experiencia acumulada en viajes, es uno mundial.

El tema es recurrente sin importar la naturaleza del junte. Puede tratarse de un encuentro casual: ¡Hola, cómo estás! Nena, que bien te ves. Oye, cuéntame y Fulano. ¡Mira! No me hables de ese cabrón. De otra parte, puede que responda a una convocatoria: Chica tenemos que vernos, cuando yo te cuente la última que me hizo el cabrón de Sutano. O puede tratarse de un ritual como el que le da nombre a esta entrada. Así bautizaron dos muy queridas amigas mías, a la isla de la cocina del apartamento que compartían. Cuando una de ellas llegaba a altas horas de la madrugada y encontraba a la otra en la mentada isla en posición de Le Penseur de Rodin, acompañando una fría Medalla con alguna delicia rebosante en trans fats (adquirida en el fast food o gasolinera más cercana) sabía que alguna cabronada le había hecho el cabrón de siempre u otro transitorio, en lo que volvía con el de siempre.

Cabe destacar que el tema se desarrolla de manera bien esquemática. Primero, la infortunada de paso explica en qué consistió la cabronada, luego las otras, identificándonos con su congoja, contamos las cabronadas de las que hemos sido víctimas. Sí, una auténtica de terapia de grupo. Y es en ese momento en que se desencadena una vorágine de anécdotas y parecemos enfrascarnos en una absurda competencia para determinar quién ha sufrido las peores cabronadas. Y así, poco a poco, vamos llegando a la etapa de la solidaridad. Olvídate (o deja) a ese cabrón, no te merece, tu eres mucho para él, si no supo apreciarte es un pendejo (encima de cabrón), ya verás como todo pasa… Y claro está, no puede faltar el consabido: mejor sola que mal acompañada; o el contradictorio: más a’lante vive gente.

Contradictorio, porque a pesar de todo lo relatado, cuando la ex infortunada de paso conoce a un nuevo chico, enloquecemos de emoción, nos abrazamos, brincamos, cantamos, bailamos, confabulamos, soñamos. Le preguntamos acerca de todo, cómo es, cómo lo tiene, cómo lo hace… celebramos. La conciencia nos dice que se trata de un cabrón en potencia, el corazón nos dice que no importa, porque ahí estaremos cuando advenga el ciclo de penitencia.

12 comments:

Perla Negra said...

tremendo, simplemente fabuloso. asi somos, no de nacimiento, pero asi somos.

Alejandra said...

Gracias, la verdad es que me divertí muchísimo escribiéndolo. Se me ocurrieron una infinidad de cosas más pero hubiera sido muy largo para una entrada de blog. Tengo material de sobra para esta sección.

Perla Negra said...

Si, creo que entre dos o tres podriamos escribir una coleccion completa de eciclopedias sobre el tema.

solo joe said...

que muchos cabrones hay en tu vida! caborn por aqui, cabron por alla. somos un pais de cabrones.

yo soy un cabron...pero soy un cabron adorable. soy del tipo de cabron que se le perdona sus cabronadas porque soy menos cabron que otros. me gustaria dejar de ser un cabron pero los cabrones estan constante en mi vida llamandome a que sea parte de su mundo cabral...me llaman, son persistentes, es inevitable.

bueno, el tema esta cabron. espero que no te encabrones conmigo por mis cabronadas. espero seguir vistando tu cabron blog que se esta desarrolando de lo mas cabroncito.

cuidate, de tu cabron.

por cierto, veo que esta por ahi la cabrona de liomarys. "hola, liomarys"? "soy yo...el cabron"

cuidense...tienes buen blog.

;0)

Alejandra said...

Querido Roy Batty, pequeño saltamontes, ¿qué cabrón no es adorable? Así, esta entrada podría resumirse en: si nos lo meten gritamos, si nos lo sacan lloramos. (Como la cantimplora claro, pero es que en primera persona plural no rima)

Gracias por lo del blog. Me gustaría ser tan prolífica como tú, pero apenas me alcanza el tiempo.

Unknown said...

por aquello de la igualdad, tan de moda y tan tan, habría que hacer una entrada de las cabronas... porque mira que andan sueltas....

Alejandra said...

Adelante cariño, comisiona a alguien con legitimación.

Perla Negra said...

saludos roy, voy a considerar tus palabras un alago, por eso de que tu mismo aceptas que eres uno, y (como alejandra muy bien dijo "cual no lo es?)adorable.

tengo alguito nuevo por mi cabron blog, les invito a leer, creo que les va a gustar a ambos.

Anonymous said...

Ale, me ha parecido estupenda tu "Sex and the City" story...muy cierta. Lo mas irónico es que, cuando te casas con el cabrón, las cabronadas no desaparecen, sino que cambian de tono, pero siguen no dejan de ser cabronadas. Me explico: lo que antes eran líos de faldas, se convierten en lios de calzoncillos, porque, cual es el lío o complejidad que encuentran para no echar el cabrón calzoncillo al hamper??? Antes decías "y como es que este cabrón sale con esa "basura"", y ahora, como es que el cabrón nunca quiere sacar la basura??? La angustia no termina. Y ahora tiene uno a la bebé detrás que no te da tiempo para darte la fría y lamentarte de las cotidianas cabronadas, ni te puedes deleitar como antes con el cabrón "gordo y largo" (i.e. hot dog) porque el cuerpo post-partum no aguanta más "fat"...

Anonymous said...

Hola Ale!
Me encantó tu relato y sabes que me divertí muchísimo porque yo era esa que llegaba de madrugada a consolar a la víctima que atacaba el cabrón. Todas sabemos que no está facil lidear con los cabrones pero si nos dejamos llevar por los comentarios de Rox la historia nunca cambiará. Solo cambian las formas de encojonarte. Así que, amigas no presionen a otras amigas para que se vuelvan a casar si al fin y al cabo las quejas son un "never ending story".

Alejandra said...

Rox:

¡Gordos y largos! Qué recuerdos...

Anonymous:

Querida, lo de la presión es materia de una futura entrada.

Anonymous said...

Anonima HP:
Si ciertas amigas te presionan para casarte, es porque a ti el cuento de las cabronadas y los cabrones no te aplica...tu te vas de "tu a tu" con cualquiera de ellos...je je je.